El Pastel de Nata fue creado en 1837 por clérigos de un monasterio situado en Belem, cerca de la ciudad de Lisboa, como una medida de supervivencia a la revolución industrial que se hacía sentir en el momento. Desde entonces es una especialidad que atrae muchos visitantes. Después de haber ganado una gran reputación, es ahora mundialmente reconocido como uno de los más populares dulces portugueses. Inclusive fue elegido como una de las 7 maravillas de la Gastronomía de Portugal.